miércoles, 6 de mayo de 2009

Somos lo que vivimos, leemos, vemos, comemos y lo que ignoramos

Y lo que ignoramos es infinitamente más grande que lo que conocemos. La estupidez abunda en los humanos, es frecuente ver como se toman decisiones estúpidas, como se tienen países que persiguen ideas estúpidas, como se persiguen dioses que rayan en lo tonto. La estupidez es una cosa popular, abunda en ciudades, en paises en forma de pensamiento y las religiones y los políticos saben aprovecharla de manera ventajosa, le crean sueños vanos al tonto, le dan armas para que alimente su estupidez. No es extraño ver periódicos y programas televisivos totalmente tontos y esto llama la atención y vende. ¿Por qué son populares la novelas estúpidas? porque este mal abunda.

He conocido personas que persiguen milagros por décadas, que creen milagrosa la cura de una enfermedad y que vuelven santo a cualquiera porque le atribuyen poderes sobre-humanos, a mi modo de ver los verdaderos milagros están al orden del día, un nuevo amanecer, un nuevo día, la existencia misma, el permanecer vivos tanto tiempo gracias a los avances de la medicina. El cerebro si no se usa suele volverse cómodo y perezoso, él prefiere no pensar y entonces termina acariciando toda una cantidad de ideas tontas, como ángeles imaginarios, virgenes de mil colores, vidas eternas en el más allá y unos cuentos bien especiales que sólo mentes perezosas que han caido en el estado de estupidez no pretenden siquiera rebatir, no ponen en duda.

Al frente de mi laboratorio veo con frecuencia un grupo de jóvenes que leen el libro afamado aquel, toman todos los ejemplos del libro al pie de la letra y escuchan los consejos de Abraham y demás. El mundo ha cambiado, pero estos jóvenes quieren seguir apegados a una forma de vida que sólo ha llenado de horror al mundo, veáse la barbarie del pueblo de Israel contra los palestinos, veáse la riqueza de las instituciones basadas en el libro de cuenta de tantas creencias, si se someten a juicio todas esas creencias dificilmente soportan el escrutinio científico. No creo en dioses castigadores, ni ordenadores de bobadas, ni dioses que persiguen al hombre y lo ponen en situaciones de prueba...para ver a dios bastaría mirar la inmensidad del universo, la hermosura de las estrellas ó la mirada inocente de quien empieza a descubrir el mundo, no hay necesidad de perseguir creencias de libros, ni buscar ejemplos en libros que ha propugnado el horror en nombre de dioses....el amor a la ciencia, continuar preguntádonos, no creer lo primero que nos dicen, preguntarse, siempre preguntarse y llegar a certezas respecto al mundo, respecto a las decisiones a intentar combatir la estupidez es un buen camino, al menos para que nos hagamos menos daño y disfrutemos de este pequeño viaje por el mundo, que bastante corto es.

No hay comentarios:

EL gran maestro que me enseñó y ya está de viaje por el centro de la Galaxia. http://www.udea.edu.co/wps/portal/udea/web/inicio/udea-noti...