miércoles, 29 de julio de 2009

Una reflexión sobre los hijos

“No es que los hijos les enseñen nada a los padres sino que tener hijos, formarlos, frecuentarlos, abre horizontes sobre nuestra propia personalidad, como no puede hacerlo ninguna otra de las experiencias vitales. No nos revelan nada nuevo sobre el mundo exterior, pero nos corren el velo sobre nuestro propio yo. Nuestros afectos, nuestras ambiciones, el sentido mismo de nuestra vida, en función de la sangre”. Lopez Michelsen

lunes, 27 de julio de 2009

El circo y sus cosas...macondo y sus seres...

“A los políticos y a los pañales, hay que cambiarlos con mucha frecuencia... ¡y por las mismas razones!...”. Bernard Shaw

Da risa el circo en que está la política colombiana, el uribismo está recibiendo entierro de tercera, recurrirá a su más avezado continuador: Juan Manuel Santos y este los acabará de enterrar, porque no tiene el carisma de Uribe, ni mucho menos la paciencia para soportar concejos comunales. Santos encarna el superhombre criollo, sin el cual el país se acabará, sin él Colombia no es Colombia. Tampoco es tan rezandero como Uribe y eso en un país de camándula no se perdona, acuerdense que "el que peca y reza empata"...me divierto mucho con los payasos, me duele que cobren 18 millones al mes de cuenta del fisco, pero siendo payasos ó no: los cobran...me duele ver que los problemas centrales del país dejarán de existir por este año, dado que se reacomodaran los políticos (perdón, los ladrones del país) para intentar comerse la mejor parte del ponqué...pasará una época, la de Uribe y sus triunfos, la de un un Uribe que pudo cambiar la historia pero se volvió aliado de ellos y terminó traicionado por ellos, !Que risa dan los politiqueritos de este país! Esperemos que el oráculo haya hablado adecuadamente, sino en un año me dará risa de mi mismo, cosa que me agrada, siempre lo hago...

jueves, 16 de julio de 2009

El 20 de julio de 1969, Aldrin pasó a la Historia junto a Neil Armstrong por haber sido el primer hombre en poner un pie en La Luna

Edwin Buzz Aldrin siempre fue un hombre brillante. Se graduó en el tercer puesto de su promoción en la Academia de West Point, recibió un Doctorado en Ciencias del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y también demostró ser un excelente piloto.

Aldrin fue un pionero no sólo como astronauta, sino también con su manera de afrontar y reconocer públicamente sus problemas con la depresión y el alcohol. Tanto su madre como su abuelo se suicidaron, y en 1972 escribió un artículo en 'Los Angeles Times' en el que desveló que había tenido que ser hospitalizado por culpa de una grave depresión, y la franqueza con la que habló de sus problemas mentales en su primer libro de memorias, 'Regreso a la Tierra', llevó a que en 1974 le nombraran director de la Asociación Nacional de Salud Mental en Estados Unidos. Aldrin tenía 39 años cuando volvió de la Luna, y parece haber sufrido un vacío psicológico ante la pregunta «¿Y ahora qué?» después de su aventura espacial.

Pero lo que más irrita a Aldrin es el hecho de que sigan existiendo escépticos que aún cuestionan que él y sus compañeros del programa Apolo pisaran la Luna. En 2002, llegó a pegarle un puñetazo a un tal Bart Sibrel que intentó obligarle a jurar sobre una Biblia que la llegada a la Luna no era una farsa. Ya se lo toma con un poco más de filosofía, pero aún así siento pavor cuando le pregunto por este tema. Su respuesta es tajante: «Es fácil decir estas cosas, y todo eso refleja la fascinación humana por lo extraño, lo inusual, lo místico, pero creo que la mejor respuesta es señalar lo vergonzoso que resulta ser tan crédulo, de dejarse engañar por teorías tan extravagantes y fraudulentas».

Y como dijo Aldrin, la misión del Apolo 11 fue, y será siempre, «un símbolo de la insaciable curiosidad del hombre para explorar lo desconocido».

ofreció su receta para los nuevos responsables de la era Obama: "Más Marte y menos Luna". Su teoría es que "Marte tiene mucho más que ofrecernos que La Luna. Es mucho más parecida a La Tierra. Tiene una atmósfera y un ciclo día-noche muy similar al nuestro. También hay estaciones. Rusia está todavía barajando la posibilidad que a través de los agujeros de Marte se pueda acceder agua o hielo".

Aldrin sabe lo que es viajar la infierno. Después del boom del Apolo 16, tuvo problemas con el alcohol y la depresión. "Heredé de la familia de mi madre mis brotes depresivos. Su padre se suicidó y ella también se suicidó una año antes de mi viaje La Luna".

En su reciente autobiografía, Magnificent desolation: the long journey home from moon, Aldrin explora lo que sucedió desde que el 24 de julio de 1969, cuatro días después de haber sido escrutados por centenares de millones de espectadores, la misión amerizó en el océano Pacífico, y que resume en tres palabras: infidelidad, depresión y alcoholismo. Una época oscura que no superó hasta 1978, según admite el propio Aldrin en las páginas del libro, gracias sobre todo a la ayuda de Alcohólicos Anónimos, cuyas reuniones sigue atendiendo cuando su agenda se lo permite.

sábado, 11 de julio de 2009

¿Quién debe pagar la crisis?

SAMI NAÏR

El gran poeta francés Edmond Jabès decía de la vida que pasa: "eso sigue su curso". Podemos decir lo mismo de la crisis mundial, y con el mismo tono desengañado y resignado. Porque aunque todo cambie rápidamente, nada cambia en profundidad. Los actores siguen siendo los mismos: los defensores del capital y los representantes de los asalariados. Y, en medio, está la gran e ingente masa de los que nada temen. Pero el debate sobre cómo salir de la crisis ya está en marcha, tanto en EE UU como en Europa, y todos deberán pagar algo. Queda aún por saber quién tiene que pasar primero por caja.

Los responsables de la crisis mantienen el discurso de siempre: ¡que paguen los demás!

Si planteamos la cuestión de la responsabilidad de la crisis, sabemos quiénes son los culpables: mercados financieros, especuladores delincuentes, banqueros poco escrupulosos, dirigentes políticos cómplices, y partidos políticos que han avalado de hecho este capitalismo especulativo sin ley alguna. Éste es un capitalismo que en el fondo se opone radicalmente al gran capitalismo social basado en el equilibrio entre capital y trabajo, tal como funcionó desde finales de la II Guerra Mundial hasta principios de los ochenta del siglo XX.

La ley del nuevo sistema, que ha prevalecido desde entonces, es sencilla: exigencia de rentabilidad anual del capital totalmente irracional, a un nivel medio del 15% al 20%, y totalmente desconectada de la riqueza real de las empresas. Eso significa, pues, que el capital especulativo y el capital que se posee realmente están desconectados. Y, también, que se produce una sobreremuneración del capital. Pero este crecimiento de capital tenía que llegar de algún sitio. Llegará de la compresión de los sueldos que caracteriza a todas las economías desarrolladas desde principios de los años ochenta. Tanto en EE UU como en Europa, los salarios han evolucionado en realidad a la baja tendencial. Pero, ¿cómo mantener la actividad especulativa, a pesar de esta baja y con la consiguiente falta de ahorro interno? Con el endeudamiento de las hipotecas inmobiliarias. He ahí unos casos de manual: Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda y España. Y, en todas partes, la carrera desenfrenada por obtener beneficios no basados en el trabajo ha fomentado la aparición de productos financieros tóxicos y el sobreendeudamiento de las familias en un contexto histórico mundial de deflación salarial. De ahí la crisis de las subprime, y la crisis financiera mundial.

Ahora bien, la falsedad de este sistema ha estallado hoy de verdad. Hemos pasado de una crisis de especulación financiera a una crisis económica, y de ésta a una recesión mundial. De ahí que aumente, y seguirá aumentando más aún, un desempleo masivo. ¿Cómo salir de esta situación?

Hay dos visiones: la de los responsables de la crisis y la de las víctimas. Los responsables mantienen el discurso de siempre: ¡que paguen los demás! Después de que los gobernantes hayan entregado millones de dólares, euros y yens a los bancos, ahora exigen éstos, con el Sr. Trichet y el BCE a la cabeza, que se realice una "reforma" del mercado laboral, es decir, que los sueldos se rebajen más aún, que se reduzcan las compensaciones de desempleo y que la precariedad laboral sea la regla. Resumiendo: que las víctimas paguen la crisis. Tras haberse opuesto en todo momento a una regulación de los mercados financieros, el sistema bancario nacional e internacional amenaza ahora a los Estados exigiéndoles que le rellenen sus arcas y, al mismo tiempo, que obliguen a los asalariados a aceptar los sacrificios que él mismo no quiere asumir de ninguna manera. En EE UU, una cuarta parte de los asalariados sufren ya las consecuencias de esta política desde que empezó la crisis. En España, las reivindicaciones de la CEOE, que los bancos apoyan, son de precisión quirúrgica: impugnar el coste de los despidos, reducir las cotizaciones sociales de las empresas, disminuir la indemnización de desempleo y, sobre todo, flexibilizar aún más el mercado de trabajo, aunque la Comisión Europea lleve años reprochándole a España sus sueldos excesivamente precarios. Los gobiernos están entre dos fuegos: el de los empresarios y los banqueros, a la ofensiva, y el de unos sindicatos que, todo hay que decirlo, están librando una batalla estrictamente defensiva.

¿Hay acaso otra solución? Sí que la hay, pero implica que cambiemos el curso de los acontecimientos. Que pongamos en marcha una reactivación económica distinta, que estimulemos el poder de compra aumentando los salarios, que garanticemos el crédito creando estructuras de garantía, que obliguemos a los bancos, con la presencia del Estado en sus consejos de administración, a invertir en proyectos sociales, etc. Pero cabe preguntarse: ¿son los asalariados capaces de imponer esta visión a los responsables de la crisis?

Traducción: M. Sampons

domingo, 5 de julio de 2009

América y sus pensamientos: ¿Por qué somos así?

“no hay fe en América, ni entre los hombres ni entre naciones. Aquí los tratados son papeles; las Constituciones libros; las elecciones combates; la libertad anarquía; y la vida un tormento”.
Simón Bolivar.
Para mí la vida no ha sido un tormento, he podido realizar muchos de mis sueños y sigo trabajando, pero para la gran mayoría de coterráneos el asunto es duro...América está dividida, politizada, los paises se popularizan, las democracías (Si es que alguna vez los terratenientes las han permitido) están en peligro, estamos en la era de los caudillos salvadores de países: Uribe en Colombia, Evo en Bolivia, Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador...pero tranquilo: primero se acaba la aguamasa que los marranos y a los latinoamericanos nos gusta endiosar y engordarlos para su bien propio.

Abuso de medicamentos en una sociedad enferma

"Extremadamente delgado, con poco pelo y el estómago lleno de pastillas fueron algunos de los apartes del informe médico contratado por la familia Jackson, que dio a conocer el diario británico The Sun"

Hace un año y medio el actor Heath Ledger —famoso por su papel de Guasón en la última película de Batman, El caballero de la noche—, fue encontrado muerto en su apartamento de Nueva York.

El impacto de la noticia de su fallecimiento, con tan sólo 28 años de edad y una prometedora carrera por delante, fue mayor al conocerse que el fatal suceso ocurrió debido a una sobredosis de medicamentos, entre ellos oxycontin (recetado para la neumonía que padecía), valium y xanax (para la ansiedad), restoril y unisom (para ayudarlo a conciliar el sueño) e ibuprofeno. “Una combinación mortal”, reportó la oficina forense de Nueva York.

El abuso de medicamentos también cobró la vida de la modelo y conejita de Playboy, Anna Nicole Smith, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida por su guardaespaldas en la habitación de un hotel en la Florida. Joshua Perper, el médico forense que realizó la autopsia, reveló que en su organismo se encontraron fármacos contra la ansiedad, la depresión y el insomnio, así como pastillas para adelgazar, metadona (se toma para calmar algún tipo de dolor) y antibióticos. “Un coctel fatal que le causó una intoxicación que la llevó a la tumba”, advirtió Perper.

El abuso de sustancias dejó de ser un comportamiento exclusivo de los drogadictos. Cada día las exigencias personales y laborales se multiplican en un mundo donde las jornadas de trabajo se extienden más allá de las ocho horas. Para cumplir con un ambiente que demanda la capacidad de dos personas cuando en la mayoría de los casos sólo hay una, están los medicamentos: la salvación en forma de pastillas se convirtió en el mejor aliado de las noches interminables en la oficina, los minutos intensos del intercambio financiero de la bolsa o el combustible extra para poder bailar después de una semana en la que la razón y el sentido común dictan una jornada generosa de descanso.

Desafortunadamente la gente toma medicamentos como si fueran dulces. “La mayoría de las veces lo hace sin supervisión médica, porque alguien se los recomendó, por escasez de dinero para la consulta, etc”. Cote también advierte que uno de los aspectos más riesgosos es que este tipo de personas suelen ser padres o madres de familia con un trabajo regular. Un perfil que no despierta sospechas y que contribuye a que su adicción dure años sin ser descubierta.

Los daños para el organismo por cuenta del abuso de fármacos dependen de la sustancia, pero van desde el desgaste físico y el envejecimiento prematuro del cerebro, pasando por fallas cardíacas y respiratorias, hasta problemas de riñones y muerte súbita. Algunos medicamentos (especialmente los ansiolíticos, empleados para trastornos nerviosos) también pueden destapar enfermedades mentales.

El consumo no supervisado de medicamentos ansiolíticos, una gama de sustancias diseñadas para controlar trastornos nerviosos, ataques de pánico o dificultades con el sueño, puede tener consecuencias fatales, tanto físicas, como mentales estas sustancias suelen generar en quienes abusan de ellas un efecto paradójico: en vez de calmar a la persona la vuelve agresiva. Además de esto, su tratamiento es complejo, ya que una vez el paciente ha consumido durante años dosis muy altas de la sustancia, si ésta llega a ser suspendida de repente, la persona puede sufrir ataques de pánico o convulsiones. Esto es debido a la dependencia física que el organismo genera cuando el consumo es frecuente y en cantidades más altas de lo indicado.

Apartes de una excelente nota periodística:
Tomada: http://www.elespectador.com/impreso/vivir/articuloimpreso148907-el-coctel-de-muerte?page=0,0

EL gran maestro que me enseñó y ya está de viaje por el centro de la Galaxia. http://www.udea.edu.co/wps/portal/udea/web/inicio/udea-noti...