- Tenemos poco amor a la humanidad: amamos más un perro, a un gato á un loro ó cualquier otro ser vivo ó no, que a nuestros propios congéneres, es extraño, vemos las noticias, miles de personas mueren de hambre pero compramos del mejor cuido para nuestro perro...hummmm...¿vemos al otro como un peligro?
- La transparencia y la honradez en nuestros actos no es precisamente la mejor, somos poco transparentes, por decir algo, ocultamos lo peor de nosotros, no somos honrados con nosotros, mucho menos con las personas que nos rodean.
- Somos seres opacos: decimos una cosa, pensamos otra cosa y hacemos otra, la coherencia entre las tres cosas no es practica habitual entre nosotros, humanos al fin.
- La codicia es adorada sin fin en este mundo, la codicia entre humanos, entre países, nos tiene a todos contra la espada y la pared, el engaño es buen amigo de la codicia, no se habla claro.
Complicado volver a un mundo menos violento, menos egoista, más entregado al amor a la humanidad. ¿Será posible cambiar de alguna manera la mentalidad de los monos del siglo XXI?
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